lunes, 26 de septiembre de 2011
Ausencia
Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
Se va mi cara en un óleo sordo;
se van mis manos en azogue suelto;
se van mis pies en dos tiempos de polvo.
¡Se te va todo, se nos va todo!
Se va mi voz, que te hacía campana
cerrada a cuanto no somos nosotros.
Se van mis gestos que se devanaban,
en lanzaderas, debajo tus ojos.
Y se te va la mirada que entrega,
cuando te mira, el enebro y el olmo.
Me voy de ti con tus mismos alientos:
como humedad de tu cuerpo evaporo.
Me voy de ti con vigilia y con sueño,
y en tu recuerdo más fiel ya me borro.
Y en tu memoria me vuelvo como esos
que no nacieron ni en llanos ni en sotos.
Sangre sería y me fuese en las palmas
de tu labor, y en tu boca de mosto.
Tu entraña fuese, y sería quemada
en marchas tuyas que nunca más oigo,
¡y en tu pasión que retumba en la noche
como demencia de mares solos!
¡Se nos va todo, se nos va todo!
Gabriela Mistral ( Poetisa, diplomática, feminista y pedagoga chilena, Premio Nobel de Literatura 1.945)
Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
Se va mi cara en un óleo sordo;
se van mis manos en azogue suelto;
se van mis pies en dos tiempos de polvo.
¡Se te va todo, se nos va todo!
Se va mi voz, que te hacía campana
cerrada a cuanto no somos nosotros.
Se van mis gestos que se devanaban,
en lanzaderas, debajo tus ojos.
Y se te va la mirada que entrega,
cuando te mira, el enebro y el olmo.
Me voy de ti con tus mismos alientos:
como humedad de tu cuerpo evaporo.
Me voy de ti con vigilia y con sueño,
y en tu recuerdo más fiel ya me borro.
Y en tu memoria me vuelvo como esos
que no nacieron ni en llanos ni en sotos.
Sangre sería y me fuese en las palmas
de tu labor, y en tu boca de mosto.
Tu entraña fuese, y sería quemada
en marchas tuyas que nunca más oigo,
¡y en tu pasión que retumba en la noche
como demencia de mares solos!
¡Se nos va todo, se nos va todo!
Gabriela Mistral ( Poetisa, diplomática, feminista y pedagoga chilena, Premio Nobel de Literatura 1.945)
Perfume
Perfume,
el tuyo,
no se evapora
y mi cuerpo ya está mojado
por las gotas de lluvia
de esta noche fragante.
Percibo como atraviesan mi piel
como puñales de acero,
presintiendo
que me robarán tu aroma
aún tibio,
abrazando los relieves
de mis ansias.
Camino presurosa
bajo una nube de encantos
y no quiero extraviarte,
perderse tu aroma
entre tanta humedad.
Huelo a madera
crujiente,
huelo a ti
desde todos tus poros
hacia los míos.
Penetrante aroma
penetrándome.
No hiere,
dibuja hermosura,
forjando paisajes en mi desnudez.
Así, pletórico y viril,
como tu ser extraviado
que acabo de usurpar,
cúal ladrona de sueños.
Y la reliquia eres tú!
Elbi (Derechos reservados)
el tuyo,
no se evapora
y mi cuerpo ya está mojado
por las gotas de lluvia
de esta noche fragante.
Percibo como atraviesan mi piel
como puñales de acero,
presintiendo
que me robarán tu aroma
aún tibio,
abrazando los relieves
de mis ansias.
Camino presurosa
bajo una nube de encantos
y no quiero extraviarte,
perderse tu aroma
entre tanta humedad.
Huelo a madera
crujiente,
huelo a ti
desde todos tus poros
hacia los míos.
Penetrante aroma
penetrándome.
No hiere,
dibuja hermosura,
forjando paisajes en mi desnudez.
Así, pletórico y viril,
como tu ser extraviado
que acabo de usurpar,
cúal ladrona de sueños.
Y la reliquia eres tú!
Elbi (Derechos reservados)
sábado, 24 de septiembre de 2011
Mi equipaje
Cuanto no sé de ti
que no me dices
y se me mueren
lentamente las palabras.
Cuanto pueden leer mis ojos
en los tuyos,
clandestino laberinto
de trivialidades
que socavan mi estima,
y de tu verborragia
cuando el silencio
es la mejor opción.
No disimules con tu risa
lo que mi razón leyó
con claridad,
ni te pongas reflexivo
cuando las palabras sobran
y los porqué
son solo parches de mal gusto
que subestiman mi intelecto.
No dismules con máscaras
los agujeros negros
de tu mediocridad,
ni profanes mi lealtad
con una verdad a medias
que solo prolongue
el destino del adios.
Ya es tiempo de hacer equipajes
y alivianar heridas,
de caminar con pausa
los caminos solitarios
de este otoño refulgente
que se funde
en susurros tenues,
entregada
a la encantadora seducción
de vestirme con mi propia piel,
liviana de decepciones,
recuperando esperanzas rotas
y anhelos robados.
Retornando liviana
a la órbita de mis sueños.
Elbi (Derechos reservados)
que no me dices
y se me mueren
lentamente las palabras.
Cuanto pueden leer mis ojos
en los tuyos,
clandestino laberinto
de trivialidades
que socavan mi estima,
y de tu verborragia
cuando el silencio
es la mejor opción.
No disimules con tu risa
lo que mi razón leyó
con claridad,
ni te pongas reflexivo
cuando las palabras sobran
y los porqué
son solo parches de mal gusto
que subestiman mi intelecto.
No dismules con máscaras
los agujeros negros
de tu mediocridad,
ni profanes mi lealtad
con una verdad a medias
que solo prolongue
el destino del adios.
Ya es tiempo de hacer equipajes
y alivianar heridas,
de caminar con pausa
los caminos solitarios
de este otoño refulgente
que se funde
en susurros tenues,
entregada
a la encantadora seducción
de vestirme con mi propia piel,
liviana de decepciones,
recuperando esperanzas rotas
y anhelos robados.
Retornando liviana
a la órbita de mis sueños.
Elbi (Derechos reservados)
Amor mío, mi amorAmor mío, mi amor, amor hallado
de pronto en la ostra de la muerte.
Quiero comer contigo, estar, amar contigo,
quiero tocarte, verte.
Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo
los hilos de mi sangre acostumbrada,
lo dice este dolor y mis zapatos
y mi boca y mi almohada.
Te quiero, amor, amor absurdamente,
tontamente, perdido, iluminado,
soñando rosas e inventando estrellas
y diciéndote adiós yendo a tu lado.
Te quiero desde el poste de la esquina,
desde la alfombra de ese cuarto a solas,
en las sábanas tibias de tu cuerpo
donde se duerme un agua de amapolas.
Cabellera del aire desvelado,
río de noche, platanar oscuro,
colmena ciega, amor desenterrado,
voy a seguir tus pasos hacia arriba,
de tus pies a tu muslo y tu costado.
Jaime Sabines (Poeta y novelista mejicano, 1926/1999)
lunes, 19 de septiembre de 2011
miércoles, 14 de septiembre de 2011
Espejismo
Percibo en mi propio ser la banalidad
de querer estacionarme en un edén
de ilusiones ficticias,
obsecuente conmigo
a la hora de ordenar mis ideas
cada mañana al despertar
se me muere un sueño nuevo,
recuperando la memoria
de un pasado latente,
adonde mi alma
toma las formas irreales
de un espejismo,
de pretender ser la que no soy
pasando por alto mis desvelos,
renunciando a la idea
de que la felicidad es un valor
que se nutre
de sorbos de tenacidad,
enfundada con velos ficticios
que dificultan
el sereno fluir de la quietud
por el vértice diáfano
del optimismo.
Y entre tanta veladura
se percibe mi ser cautivo
a la seducción
de vivir en cuenta gotas
el tránsito al paraíso!
Elbi (Derechos reservados)
de querer estacionarme en un edén
de ilusiones ficticias,
obsecuente conmigo
a la hora de ordenar mis ideas
cada mañana al despertar
se me muere un sueño nuevo,
recuperando la memoria
de un pasado latente,
adonde mi alma
toma las formas irreales
de un espejismo,
de pretender ser la que no soy
pasando por alto mis desvelos,
renunciando a la idea
de que la felicidad es un valor
que se nutre
de sorbos de tenacidad,
enfundada con velos ficticios
que dificultan
el sereno fluir de la quietud
por el vértice diáfano
del optimismo.
Y entre tanta veladura
se percibe mi ser cautivo
a la seducción
de vivir en cuenta gotas
el tránsito al paraíso!
Elbi (Derechos reservados)
Anhelo"Un deseo se convierte en anhelo cuando estas dispuesto a arriesgarlo todo por él. Un anhelo es superior a la Vida... uno puede morir por él".
Deseos hay muchos... anhelos solo puede haber uno, porque necesita tu total energía, te necesita como eres en tu totalidad.
No puedes retener ninguna parte de ti, no puedes entrar en él con cautela e inteligencia, calculando. Ha de ser un salto loco. El ser humano es muy fragmentario: un deseo lo lleva al norte, otro al sur, y todos lo llevan en todas las direcciones y lo enloquecen. De ahí que las personas no lleguen a ningún sitio -no es posible-, porque una parte se mueve en esta dirección y otra en aquella dirección, que es diametralmente opuesta.
¿Cómo puedes llegar? Para ello sería necesaria tu totalidad. Por eso ves personas que se arrastran; no tienen ninguna intensidad de vida; no es posible. Se pierden en muchas direcciones... no pueden tener esa energía.
Pero este anhelo ha de ser muy feliz; no debería hacerse de manera seria, porque en cuanto te vuelves serio, te pones tenso. Tu anhelo debería ser intenso. Ha de ser alegre, con risa, baile y canto. No ha de convertirse en un deber. No estas complaciendo a Dios, ni a nadie... simplemente estas viviendo tal como quieres vivir; de ahí tu felicidad. Es el modo en que has elegido vivir, es la forma en que ries, enciendete... pero has de ser una llama danzarina.
Osho ( Filósofo Hindú )
martes, 13 de septiembre de 2011
lunes, 12 de septiembre de 2011
Si muriera esta noche
Si muriera esta noche
si pudiera morir
si me muriera
si este coito feroz
interminable
peleado y sin clemencia
abrazo sin piedad
beso sin tregua
alcanzara su colmo y se aflojara
si ahora mismo
si ahora
entornando los ojos me muriera
sintiera que ya está
que ya el afán cesó
y la luz ya no fuera un haz de espadas
y el aire ya no fuera un haz de espadas
y el dolor de los otros y el amor y vivir
y todo ya no fuera un haz de espadas
y acabara conmigo
para mí
para siempre
y que ya no doliera
y que ya no doliera
Idea Vilariño
De: El monte de las delicias
Poeta uruguaya nacida en Montevideo en 1920.
Falleció en Montevideo en abril de 2009
Si muriera esta noche
si pudiera morir
si me muriera
si este coito feroz
interminable
peleado y sin clemencia
abrazo sin piedad
beso sin tregua
alcanzara su colmo y se aflojara
si ahora mismo
si ahora
entornando los ojos me muriera
sintiera que ya está
que ya el afán cesó
y la luz ya no fuera un haz de espadas
y el aire ya no fuera un haz de espadas
y el dolor de los otros y el amor y vivir
y todo ya no fuera un haz de espadas
y acabara conmigo
para mí
para siempre
y que ya no doliera
y que ya no doliera
Idea Vilariño
De: El monte de las delicias
Poeta uruguaya nacida en Montevideo en 1920.
Falleció en Montevideo en abril de 2009
La breve palabra
A veces el silencio es la palabra justa,
la que enciende las luces, la que mejor se escucha,
la que place o se sufre cargada de milenios,
la que otorga hermosura,
la flor del pensamiento.
En ese momento de la clara armonía,
de la mejor tristeza, de la entera alegría.
Es el gran fundamento que ronda a la grandeza:
tu palabra y la mía
habitan el silencio.
Por eso la palabra
debe ser pronunciada
como una ceremonia
con aire de campanas,
una fiesta del alma,
farol del pensamiento,
porque fue generada
por el mejor silencio
Hamlet Lima Quintana
Espacios vacíos
Cuando la apatía te devora el alma
sobreviene un vacío
de pensamientos lúcidos.
y se mueren lentamente las ideas
que enriquecen nuestra esencia,
las de la inspiración
devoradora de la hermosura.
Cuán frágil me siento
en esta instancia del ser,
y cuánta esencia
se pierde en mi misma.
Como si las palabras
se desconectaran
de un toma corrientes,
como si el desvelo
fuese una página en blanco,
sin atajos que me faciliten
la salida hacia un estado
de cordura de mi mente,
que me devuelva la capacidad
de describir la magia
con que mis pensamientos establecen
un vínculo con la creatividad.
Soy como el abismo en el abismo mismo,
como un pájaro sin alas,
como una lágrima suspendida,
como un film en blanco y negro
o una caricia que se evapora.
Soy y no soy
en un instante de melancolía,
y me desvelo en la búsqueda
de este ser fragmentado,
anhelando las fragancias
que perdí por mi ceguera,
o los matices de la naturaleza
que me devoré un día
describiéndolos en forma ostentosa
hasta quedar vacía
por un exceso de ideas,
por querer alimentar tanto
mis pensamientos
engolosinándome con la belleza,
pretendiendo
que ya no quedaba nada por decir,
alimentándome de mi propio vacío,
que arrogante me subyuga
a recrear mi universo creativo,
recuperando mi extraviada
y obstinada inspiración.
Elbi (Derechos reservados)
sobreviene un vacío
de pensamientos lúcidos.
y se mueren lentamente las ideas
que enriquecen nuestra esencia,
las de la inspiración
devoradora de la hermosura.
Cuán frágil me siento
en esta instancia del ser,
y cuánta esencia
se pierde en mi misma.
Como si las palabras
se desconectaran
de un toma corrientes,
como si el desvelo
fuese una página en blanco,
sin atajos que me faciliten
la salida hacia un estado
de cordura de mi mente,
que me devuelva la capacidad
de describir la magia
con que mis pensamientos establecen
un vínculo con la creatividad.
Soy como el abismo en el abismo mismo,
como un pájaro sin alas,
como una lágrima suspendida,
como un film en blanco y negro
o una caricia que se evapora.
Soy y no soy
en un instante de melancolía,
y me desvelo en la búsqueda
de este ser fragmentado,
anhelando las fragancias
que perdí por mi ceguera,
o los matices de la naturaleza
que me devoré un día
describiéndolos en forma ostentosa
hasta quedar vacía
por un exceso de ideas,
por querer alimentar tanto
mis pensamientos
engolosinándome con la belleza,
pretendiendo
que ya no quedaba nada por decir,
alimentándome de mi propio vacío,
que arrogante me subyuga
a recrear mi universo creativo,
recuperando mi extraviada
y obstinada inspiración.
Elbi (Derechos reservados)
domingo, 11 de septiembre de 2011
lunes, 5 de septiembre de 2011
Y Dios me Hizo MujerY Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
Gioconda Belli (Poeta y novelista nicaragüense)
domingo, 4 de septiembre de 2011
Antelación del amor
Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la privanza de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y de niña,
ni la sucesión de tu vida situándose en palabras o acallamiento
serán favor tan persuasivo de ideas
como el mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis ávidos brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha en la selección del recuerdo,
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes,
Arrojado a la quietud
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré por vez primera quizás como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo
sin el amor, sin mí.
ni la privanza de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y de niña,
ni la sucesión de tu vida situándose en palabras o acallamiento
serán favor tan persuasivo de ideas
como el mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis ávidos brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha en la selección del recuerdo,
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes,
Arrojado a la quietud
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré por vez primera quizás como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo
sin el amor, sin mí.
Jorge Luis Borges
sábado, 3 de septiembre de 2011
Cosecha tardía
Toco tu piel,
recorro el borde
de tus labios,
y bebo de tu aliento
el aroma dulce
de los frutos
que desbordan las vides,
mientras mis manos
se explayan
por tu pecho.
y hueles a cosecha tardía.
Alcanzo a percibir
la aspereza de tu piel,
surcando ranuras finas
de tantas estaciones
entre sarmientos crujientes,
madurando al ritmo
del clamor del tiempo,
sembrando esperanza
de vendimias buenas.
Y es tu gesto apacible
en la espera,
en los que la vehemencia
y el trabajo
curten tu rostro
dibujando tu temple,
en la serena tibieza de tu mirada,
adonde se reflejan
mis ansias
de abrazarme a tus sueños.
Sigo la curvatura de tu cuerpo
y comienzo a oler a tí,
tu piel se pliega
en mi horizonte de ternura
con tu virilidad al borde
habitando mis días,
en este terruño
que aumenta el ritmo
de nuestros latidos,
y ya estoy bañada
de tus fragancias,
impregnada en los aromas de mi tierra
que emanan de tu cuerpo
como especias finas,
adonde reposan las esencias
que desbordan los follajes
de esas vides infinitas,
en surcos que reflejan
las lineas de tu armonía.
Y cierro mis ojos
y ya estoy impregnada de tu ser,
esparciéndose por el horizonte
al ras de la montaña,
a la vigilia del clima.
Y no encuentro
otra manera de amarte
que no sea en la simpleza de tus días,
con tu torso desnudo
exudando el elixir
que embriague mi vida
amparada en tu morada,
serena y cautiva
de tu abrazo sincero.
Acunando mis horas
en el vértice sereno
de tu placidéz.
Al reflejo apacible del sol!
Elbi (Derechos reservados)
recorro el borde
de tus labios,
y bebo de tu aliento
el aroma dulce
de los frutos
que desbordan las vides,
mientras mis manos
se explayan
por tu pecho.
y hueles a cosecha tardía.
Alcanzo a percibir
la aspereza de tu piel,
surcando ranuras finas
de tantas estaciones
entre sarmientos crujientes,
madurando al ritmo
del clamor del tiempo,
sembrando esperanza
de vendimias buenas.
Y es tu gesto apacible
en la espera,
en los que la vehemencia
y el trabajo
curten tu rostro
dibujando tu temple,
en la serena tibieza de tu mirada,
adonde se reflejan
mis ansias
de abrazarme a tus sueños.
Sigo la curvatura de tu cuerpo
y comienzo a oler a tí,
tu piel se pliega
en mi horizonte de ternura
con tu virilidad al borde
habitando mis días,
en este terruño
que aumenta el ritmo
de nuestros latidos,
y ya estoy bañada
de tus fragancias,
impregnada en los aromas de mi tierra
que emanan de tu cuerpo
como especias finas,
adonde reposan las esencias
que desbordan los follajes
de esas vides infinitas,
en surcos que reflejan
las lineas de tu armonía.
Y cierro mis ojos
y ya estoy impregnada de tu ser,
esparciéndose por el horizonte
al ras de la montaña,
a la vigilia del clima.
Y no encuentro
otra manera de amarte
que no sea en la simpleza de tus días,
con tu torso desnudo
exudando el elixir
que embriague mi vida
amparada en tu morada,
serena y cautiva
de tu abrazo sincero.
Acunando mis horas
en el vértice sereno
de tu placidéz.
Al reflejo apacible del sol!
Elbi (Derechos reservados)
jueves, 1 de septiembre de 2011
Desvelo
Es de noche en mi universo
y acaricio el deseo irresistible
de extraviarme en mis sueños,
persiguiendo un destino
a la vuelta de una esquina,
buscando un huella
que me indique el regreso
a esa linea sutil
que marcan las estaciones,
adonde pierdo
la conciencia impiadosa del tiempo,
atrapada en mis desvelos,
siguiendo el reflejo infinito de la luna
o el esplendor de las estrellas,
arropada por sábanas blancas
que acaricien mi piel
y me devuelvan el éxtasis
que te robaste un día,
atrapándolo
entre las yemas de tus dedos,
en una noche idéntica
de una estación
que va tomando forma de presente
al ritmo de mis latidos
que se agitan en la nostalgia,
como sombras danzantes
penetrando mi vigilia,
fugándome sigilosa
de la trampa implacable
de mis recuerdos de tí,
que me distancian
del anhelo esperanzador
de reencontrarme con mi ser intacto
a la vuelta de este espejismo.
Retornando imperturbable
a la serenidad de mis sueños.
Elbi (Derechos reservados)
y acaricio el deseo irresistible
de extraviarme en mis sueños,
persiguiendo un destino
a la vuelta de una esquina,
buscando un huella
que me indique el regreso
a esa linea sutil
que marcan las estaciones,
adonde pierdo
la conciencia impiadosa del tiempo,
atrapada en mis desvelos,
siguiendo el reflejo infinito de la luna
o el esplendor de las estrellas,
arropada por sábanas blancas
que acaricien mi piel
y me devuelvan el éxtasis
que te robaste un día,
atrapándolo
entre las yemas de tus dedos,
en una noche idéntica
de una estación
que va tomando forma de presente
al ritmo de mis latidos
que se agitan en la nostalgia,
como sombras danzantes
penetrando mi vigilia,
fugándome sigilosa
de la trampa implacable
de mis recuerdos de tí,
que me distancian
del anhelo esperanzador
de reencontrarme con mi ser intacto
a la vuelta de este espejismo.
Retornando imperturbable
a la serenidad de mis sueños.
Elbi (Derechos reservados)
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