sábado, 3 de septiembre de 2011

Cosecha tardía

Toco tu piel,
recorro el borde
de tus labios,
y bebo de tu aliento
el aroma dulce
de los frutos
que desbordan  las vides,
mientras mis manos
se explayan
por tu pecho.
y hueles a cosecha tardía.
Alcanzo a percibir
la aspereza de tu piel,
surcando ranuras finas
de tantas estaciones
entre sarmientos crujientes,
madurando al ritmo
del clamor del tiempo,
sembrando esperanza
de vendimias buenas.
Y es tu gesto apacible
en la espera,
en los que la vehemencia
y el trabajo
curten tu rostro
dibujando tu temple,
en la serena tibieza de tu mirada,
adonde se reflejan
mis ansias
de abrazarme a tus sueños.
Sigo la curvatura de tu cuerpo
y comienzo a oler a tí,
tu piel se pliega
en mi horizonte de ternura
con tu virilidad al borde
habitando mis días,
en este terruño
que aumenta el ritmo
de nuestros latidos,
y ya estoy bañada
de tus fragancias,
impregnada en los aromas de mi tierra
que emanan de tu cuerpo
como especias finas,
adonde reposan las esencias
que desbordan los follajes
de esas vides infinitas,
en surcos que reflejan
las lineas de tu armonía.
Y cierro mis ojos
y ya estoy impregnada de tu ser,
esparciéndose por el horizonte
al ras de la montaña,
a la vigilia del clima.
Y no encuentro
otra manera de amarte
que no sea en la simpleza de tus días,
con tu  torso desnudo
exudando el elixir
que embriague mi vida
amparada en tu morada,
serena y cautiva
de tu abrazo sincero.
Acunando mis horas
en el vértice sereno
de tu placidéz.
Al reflejo apacible del sol!

Elbi (Derechos reservados)

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