Percibo en mi propio ser la banalidad
de querer estacionarme en un edén
de ilusiones ficticias,
obsecuente conmigo
a la hora de ordenar mis ideas
cada mañana al despertar
se me muere un sueño nuevo,
recuperando la memoria
de un pasado latente,
adonde mi alma
toma las formas irreales
de un espejismo,
de pretender ser la que no soy
pasando por alto mis desvelos,
renunciando a la idea
de que la felicidad es un valor
que se nutre
de sorbos de tenacidad,
enfundada con velos ficticios
que dificultan
el sereno fluir de la quietud
por el vértice diáfano
del optimismo.
Y entre tanta veladura
se percibe mi ser cautivo
a la seducción
de vivir en cuenta gotas
el tránsito al paraíso!
Elbi (Derechos reservados)
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