viernes, 12 de agosto de 2011

Al reverso de la pena

Cómo comienzo el día 
sin una ilusión que me ampare,
enfrentando un vacío que conozco
porque lo he dibujado
y  una laguna de carencias 
porque las he sentido
reptando por  mi piel. 
Cómo salgo de mis aposentos
sin que mis manos sean rocas
y mi energía se contagie
de mis propias heridas?
Cómo camino con esta fatiga
sin que mis pasos leviten
al ritmo de mi pena?
Cómo reconozco mi rostro
lánguido de espera y de llanto? 
Cómo me alimento 
si mis entrañas son solo nudos
adonde gravita el dolor?
Cómo salgo a la calle
y enfrento el frenesí 
de un universo en tránsito, 
percibiendo la palidez de esta piel 
que a la luz del sol  
refracta el curso de mi amargura?. 
Cómo me hago invisible
y me convierto en  hija del silencio
arrastrando heridas como estigmas,
reposando a la sombra de un árbol
que me ampare de la tristeza?.
Vale la pena el esfuerzo 
de transitar desventuras
que al otro le son ajenas?
Son acaso en vano mis lágrimas
si buscan consuelo en mi propio dolor?
Y si es así y las heridas son autoinfligidas
y el horizonte de mi pena
se ahoga en soledad? 
Que sentido tiene amarte  
en un espacio que no nos cobija a ambos,
provocando rupturas que solo a mi me hieren.
Es lúcido y no absurdo que mis sueños
recobren su horizonte?
Que mis lágrimas fraguen
por el destino que yo decido darles,
de retornar a mis aposentos
y comenzar de nuevo el día
"al reverso de la pena".
Me visto,
salgo a la calle,
me devoro el sol,
me mezclo con el júbilo,
enfrento las miradas,
y duermo la siesta bajo la sombra de un árbol
protegida por mi propia dignidad,
observando como el mundo gira a mi alrededor. 

Elbi (Derechos reservados)

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