Bellísimas perlas, puedo suponer que son globos de nácar, así se entrelazan mis emociones, así mis pensamientos se engarzan como una cadena que me hace sentir presa de mi misma y de mis circunstancias. Qué presuntuosa irracionalidad si pudiese alterar ese equilibrio, entonces una perla cae, y otra sigue el mismo ritmo de cadencia, y se percibe la libertad que el propio misterio de esa caída le confiere a mi vida en esta instancia del ser, como ilusiones que se proyectan más allá de mis sueños, como un collar de perlas resplandeciendo en la oscuridad.
Elbi (Derechos reservados)
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