modelando tibiamente
tus contornos
concentrado en no dejar ranuras
bordeo tus hombros
hasta las axilas
me impregno de tu aliento
y sigo el camino de tus laderas
que suavemente
voy contorneando
hacia esos montes lustrosos
que son tus pechos
de los que bebo
como frenético escultor
de la perfección
subiendo mis ansias
a los botones de tu femineidad
irguiéndose armoniosa
a mi manipulación
y voy descendiendo
por líneas curvas
reprimiendo mi éxtasis
un instante más
explayándome por las hendiduras
de tu voluptuosidad
arrobado
en la contemplación
de tus delicados muslos
que atesoran tu ser de mujer
en un monte sedoso
que exploro con mis manos tibias
bebiendo finalmente
de tus dulces vertientes
en un último aliento de cordura.
Para aspirar finalmente al paraíso!
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